Las Colonias
Brigham Young, en sus esfuerzos de expansión, establecio Colonias que mas tarde formaron parte del territorio mexicano.
Brigham Young, en sus esfuerzos de expansión, establecio Colonias que mas tarde formaron parte del territorio mexicano.
Mis primeros años de la niñez, fueron en Vía Norte, una casa de esquina, construida por mi padre luego que esta se encendiera a pocos días de mi nacimiento. A pesar de que la edificación no tendría muchos años, su cocina era un cuarto a la izquierda de la entrada de la casa, con una estufa de leña. La cocina de mis tíos abuelos era similar.
Por lo que en mi mundo, no conocía algo diferente. Lo que recuerdo, es que uno comía y trataba de desaparecer lo mas pronto, por la incomodidad del humo, hasta que volvía por las noches a acompañar a Olivia, la ayudante numero uno de mi madre a platicar con ella mientras lavaba los platos.
Tendría entre cuatro y cinco años cuando en la Iglesia empezaron con la idea de construir una capilla. Siendo un niño aprendí a manejar las carretas con equilibrio, para no destruir los blocks recién elaborados. Muchas noches acompañe a mi familia para hacerlos, todos se miraban entusiasmados. A mí en lo personal, no mucho me gustaba la idea, porque sentía mucho frió, muchas veces, fue una tortura para mí.
Luego que se termino la fase de los blocks, como a los seis meses, llego a San Marcos una familia de norteamericanos. El padre sería el encargado de la construcción. No recuerdo el apellido de la familia, pero si tengo incidentes guardados en mi memoria con ellos.
Mi primer encuentro cultural con extranjeros
El hermano manejaba un pick up Ford, y era agradable pedirle jalón para ir a la capilla. De niño me las tenía que ingeniar para subir a la palangana, porque era muy grande para mí.
Y mi primer encuentro cultural con extranjeros, fue precisamente con esta familia. La familia tenía un niño de mi edad, y aunque jugábamos y hacíamos mandados juntos, muchas veces se nos trababan las carretas por el idioma. Recuerdo que una vez regresamos con las manos vacías de donde Remis, porque ni él, ni yo, pudimos expresar lo que necesitábamos. (Supuestamente yo seria el traductor.. :) )
Una de las pocas veces que vi feliz a mi madre, fue en el hogar de los americanos. Parecería que hasta al fin encontró alguien con quien se sentía muy cómoda. No puedo olvidar, su alegría cuando estaba con ellos.
Algo que tampoco he olvidado, eran las comodidades con la que esta familia vivía. En la cocina había una estufa de gas. Un día, fui a buscar a mi mama, y la encontré platicando cómodamente en la sala, y había un aroma a pan recién horneado que me invito a quedarme ahí hasta que lo sacaran, ademas el horno le daba una temperatura cordial al hogar, muy diferente a nuestra casa fría y húmeda. En contra de mis deseos, me enviaron de regreso sin mayores argumentos. El aroma de las panaderías me era conocido, ¿pero que una familia se diera el lujo de hacer pan en su propio hogar?, me parecía algo de otro planeta.
Los misioneros tenían una excelente relación con mi papa. Pero esta era una familia que llego a vivir entre nosotros, dejando atrás su tierra y sus costumbres, sus escuelas, y sus amistades, para poder ayudar a establecer los fundamentos de lo que ahora es la Iglesia en Guatemala.