Aventuras Familiares

Hay algunas aventuras familiares, que valen la pena preservar y compartir. Las próxima generación ya estan en camino. Estas las escribo como un legado.  Ojala que la cultura familiar con valores, integridad y esfuerzo basados en una vida cristiana continúe para siempre.

Muchas veces nos preguntaban si Carlos Alfonso Rodriguez dormía. Verlo en el día era increíble. Podría generar electricidad para una ciudad entera. Y se daba a conocer precisamente por eso. Su apodo en esos días de sus primeros años era “pepperoni picante”

Sus maestros de sus primeros años lo calificaban como un alumno brillante. Y como era el tercer hijo, como padre, me decía. Quizás es la influencia de sus hermanos. Está muy pequeño para creer lo que expresan de él en el Julio Verne.

Luego emigramos a los Estados Unidos. Llegamos en un octubre. Y él junto con todos sus hermanos empezaron a integrarse a su nueva vida y su nuevo sistema escolar. Su maestra se expresaba de él, de la siguiente manera en los primeros meses. “no se sabe expresar todavía bien, pero se nota que se sabe todas las respuestas”. (Por el Inglés)

A los pocos meses, el inglés empezó a ser historia para él y sus hermanos. Pero lo más fascinante estaba por llegar.

En el siguiente 4 de Julio, la escuela lo declaro como el mejor estudiante de su escuela, y fue seleccionado para participar en la carroza del Condado, con los mejores alumnos del distrito escolar.

Como padre me sorprendió. Porque la justificación de la influencia de sus hermanos, o que aun era muy temprano para aceptar los excelentes comentarios desapareció en un segundo. El chico estaba brillando con luz propia bajo condiciones similares para todos.

Ahora no dejaba ninguna duda de su sorprendente inteligencia..