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Octubre 1

Glen Canyon

Ayer salí con destino al Glen Canyon.  Por la prisión, por ahí donde vivía Víctor, el tubo de la bicicleta estallo.  Aun era en la tarde, por lo que con mi linda paciencia repare la bicicleta en la esquina de una casa con su respectiva sombra.

El dueño de la casa no estaba tan amable, aun así, la repare ahí.  El otro lio, es que el inflador no funciono bien, le puse lo mas que pude a la llanta, y baje a la interstate para buscar un pinchazo que le pudiera poner las correspondientes  libras. 

Volví a subir y al fin tome la vereda que me conduciría al Glen Canyon.  Y todo estaba lindo, pero en plena cuesta, los audífonos de mi mp3 se quedaron trabajos en una rama.  Esa parada, fue el acabose, mi paciencia llego a su fin.

Ya estando en la entrada del canyon, deje todo lo extra al pie de un árbol, apareció un conocido, nos pusimos a platicar un ratito, y  luego, el tomo la ruta donde lo conocí, y yo me aventure a la mía.

 

La bicicleta empezó a patinar, por lo que decidí tirarla en un barranquito.    Ahí estaría bien escondida mientras mejor caminaba en el Canyon.  Ya al regreso pasaría por ella.  (Con una mejor actitud)

Así, que empecé a escalar para arriba, y para arriba, con esa mi actitud, me costó tener el feeling para tomar fotos.

La tarde empezó a sucumbir, y en esos lugares, sin sol, la cosa fácilmente pierde su encanto.  Así que mejor regresaría por donde llegue.  Otro día quizás estaría mejor.

Ya en la bajada, sucedió el milagro.  Dios siempre recompensa de alguna manera, para los que admiran su creación.

Me regrese, no por el camino, si no por una vereda al pie de la montaña.  Y justo a tiempo se desplego ante mi vista uno de los mejores atardeceres de mi vida.  Lugar perfecto, tiempo sincronizado. Increíble la belleza, hasta llegar a empacharse de tanto asombro.

Ya el regreso, pase por la mentada.  Quiso seguir molestando.  Por poco entierro la cara en el camino.  Pero me regreso sano y salvo. 

Hoy,  ojala que tenga de nuevo el interés por convivir con estos artefactos.

Anoche quise editar algunas fotos, y el lente que más me gusta, tiene polvo interno.  Ahora resulta que estos nuevas cámaras con inteligencia artificial, son más delicadas para mi ruda vida.  

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