Instituto Adolfo V. Hall de Occidente
El año pasado, esta institución celebró sus 50 años de existencia. Nosotros fuimos de la septima.
Instituto Adolfo V. Hall de OccidenteEl año pasado, esta institución celebró sus 50 años de existencia. Nosotros fuimos de la septima.
Pertenece a la sexta, en pocas palabras fue mi antiguo.
Recuerdo una vez, que no me dio tiempo para atravesar el patio, cuando tenían que bajar la bandera. Por necesidad tuve que quedarme en el segundo grado. Da la casualidad que me toco a la par de Herman. ¿Cómo alguien, nuevo podría estar junto a él?. En plena formación, me empezó a patear, pegar, a aruñar y a causarme todo tipo de incomodidades, y yo sin poderme mover, ni defender. El quería provocar, para que me castigaran.
La próxima vez que nos cruzamos, fue para una práctica en las faldas del Santa María.
Resulta que nosotros los emboscaríamos, y luego trataríamos de huir. Ellos reprenderían la emboscada, y tratarían de capturarnos. Nunca nos explicaron que nos pasaría si nos encontrarían, así, que no me esforcé lo suficiente para desaparecer.. Mi error de cálculo lo pague caro. Cuando me encontraron, me quitaron las botas, la camisa. (Que frio), me pusieron no sé cuantos fusiles encima, y me hicieron caminar descalzo todo el regreso, hasta el campamento.
Un simulacro completo para un desdichado capturado. Y Herman pertenecía al grupo de los captores. (Que jodida) Algo más que teníamos en común, es que ya en el Hall profesábamos la misma religión.
El tiempo paso, y mi mala suerte continuo.. Me había escapado del bautismo en la pila de la facultad de Ingeniería de la San Carlos. Pero él se encargo de verificar que me bautizaran porque me conocía. (Tal por cual.. ese día no lleve ropa extra, porque los bautismos ya habían pasado)
Luego el salió a cumplir una misión al Salvador, por nuestra religión. Y yo también fui asignado al mismo lugar. Otra vez, el ya estaba ahí, cuando yo llegue... (Que suerte)
Luego trabajamos juntos por algunos años. Mas tarde, emigre con mi familia, algunos de mis hijos regresaron a Guatemala. Y da la casualidad que Jose David Rodriguez resulto profundamente enamorado de Lisbeth Lang de Rodriguez, una de sus hijas. Se terminaron casando. Ahora tenemos tres nietos en común. La vida da vueltas, vueltas da la vida.. Y por supuesto que ahora me respeta, o me respeta.. :) (Si, se quedo chiquito)