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Instituto Adolfo V. Hall de Occidente

Hace 50 años fuimos aceptados como Caballeros Alumnos del Instituto Adolfo V. Hall de Occidente. Somos de la gloriosa séptima promoción. Mientras fuimos estudiantes, hubo una aparente estabilidad política y social en el país. Ya luego entramos en una guerra de 34 años. Entre nuestros más dolorosos recuerdos estan nuestros amigos y compañeros que perdieron la vida.

Reconocemos que la amistad es nuestra herencia de aquellos años. La cual tambien cultivamos con algunos de nuestros oficiales, a los que les guardamos mucho respeto y cariño.

Somos una promoción privilegiada. El padre de Héctor Alejandro mi pariente y compañero, era el alcalde de nuestra ciudad, y por su gestión, esta institución fue establecida en nuestro bello departamento. 

(Son relatos personales, no pretende ser un registro oficial de mi promoción)

Arturo Erwin Figueroa Oregel era uno de los más altos de la sección. Si no mal recuerdo, era de Tecum Umán. En el segundo año ya era Cabo, y nos pedía de buena manera que fuéramos obedientes, para que tanto al él como a nosotros nos pudiera ir bien. (Muy buena gente, para ser cabo.. )

Yo no sé si era de descendencia negra, pero tenía el culo parado.. :) Lo que no puedo olvidar de él, es que siendo más grande en estatura y en edad que nosotros, cuando llegue una vez al polígono para disparar con aquellos fusiles viejos marca máuser, me dio todas sus municiones, porque según él le afectaba el ruido.

Miedoso me salió mi cabo

En ese tiempo yo era uno de los más pequeños, aun no me había pegado el estirón de la adolescencia, si pesaba 90 libras, era mucho.. Y me sentía tan preocupado por saber si iba aguantar los reculazos del viejo fusil al disparar, y además de eso, ahora lo tendría que hacer doble. Y lo hice bajo la mayor prudencia posible, todo para ayudar a mi cabo Oregel.

Ademas de eso tenia un tick nervioso. Yo creo que el Fito fue el que mas lo fastidio por ello.