Instituto Adolfo V. Hall de Occidente

Image 01Hace 50 años fuimos aceptados como Caballeros Alumnos del Instituto Adolfo V. Hall de Occidente. Somos de la gloriosa séptima promoción. Mientras fuimos estudiantes, hubo una aparente estabilidad política y social en el país. Ya luego entramos en una guerra de 34 años. Entre nuestros más dolorosos recuerdos estan nuestros amigos y compañeros que perdieron la vida.

Reconocemos que la amistad es nuestra herencia de aquellos años. La cual tambien cultivamos con algunos de nuestros oficiales, a los que les guardamos mucho respeto y cariño.

Somos una promoción privilegiada. El padre de Héctor Alejandro mi pariente y compañero, era el alcalde de nuestra ciudad, y por su gestión, esta institución fue establecida en nuestro bello departamento. 

(Son relatos personales, no pretende ser un registro oficial de mi promoción)

Erick Soto Barrios

Recuerdos de nuestra vida como estudiantes

Escrito & Ilustrado por Billy A. Rodríguez | Fecha:Febrero 2015 |

No hay ateos en las trincheras"
Dwight D. Eisenhower
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Se sobrevive mejor, acompañado en una trinchera

Erick Soto, era de algún municipio de San Marcos, a mí siempre me trato de "usted".

Vivía por ahí por el vecindario de la marimba los chatos. Me imagino, que era familiar con el que se caso con Delia, la hija de la los dueños de la Panadería Modelo. (Eran muy amigos de mi hermano mayor, pero no recuerdo sus nombres)

Erick, tenía un hermano mayor que se graduó del Hall en alguna de las primeras promociones. Lo vi algunas veces, y el ya oficial, se veía bien económicamente, por lo que fácil nacía la idea de imitarlo si nos graduabamos del Hall.

Mi amigo Erick, era pequeño como yo, eso facilito nuestra amistad, porque nos formábamos juntos. Fuimos de la banda, y por orden estábamos sin podernos separar en todo.

Con el tiempo, la amistad aumento, pasaba por él, para luego caminar hasta al establecimiento. La ventaja al hacerlo, era de platicar, recordar deberes, fechas de examenes, además por donde el vivía era algo despoblado, garantía para no exponernos a tantas personas y ser juzgado por nuestro comportamiento por las múltiples normas de la institución militar.

Increíble, como una amistad puede crecer, por vivir en la misma trinchera. Y todo se facilita. Mientras uno descansa, el otro cuida, y mientas el otro se relaja el otro se pone pilas. Fuimos compañeros en los campamentos en las faldas del volcán Santa María, en Xela y de seguro que la pasamos mejor por la amistad y la colaboración.

Con tantos desafíos, incluyendo el frio, era excelente contar con el.

¿Alguien se recuerda de Él?