Muchos recibimos promesas y bendiciones de Dios cuando somos jóvenes, entre algunas de ellas, yo recibí la siguiente: “Sentirás siempre Su mano poderosa salvándote”. A continuación les presento algunas experiencias sobre estas promesas.
Hace unos cinco años, senti una orden clara en mi mente.. “Ponte tu casco” fue la orden muy clara y unica. Yo generalmente no utilizo casco cuando ando a una velocidad normal. Generalmente me lo pongo cuando bajo las grandes montañas, pero eso es todo.
Esta vez, el clima estaba muy frio, y siendo obediente, me lo puse. La ruta que tomaría no presentaba ningún peligro en mi mente, y la empecé a transitar, recorrería a la par del rio toda la ciudad de Provo.
El rió tiene varios puentes, y han creado senderos por debajo para que uno se pueda desplazar en bicicleta. Pues al tratar de entrar en uno de estos, todo se miraba normal, sin embargo no lo era. Había hielo negro sobre la superficie y cuando yo entro, me resbale sin que nada pudiera hacer.
Mi cabeza fue lo primero que pego contra las paredes de cemento. Fue tan duro que creo que hubiera sido el final de mis días.
A mi ex presidente de Estaca le paso algo parecido. Estuvo muchos días en coma, y de milagro se salvo, porque paso sobre una manguera con escape de agua en una noche fría en una de las calles de la ciudad.
Otra experiencia que lleva el sello de mi Creador. Sin su guía creo que ya no estuviera aquí.
