Misión
El Salvador, San Salvador
Tuvimos el privilegio de servir bajo la dirección del Presidente Eddy L. Barrillas, en los años 1977/79, y hemos sido testigos de la obra de Dios en estas naciones.
MisiónTuvimos el privilegio de servir bajo la dirección del Presidente Eddy L. Barrillas, en los años 1977/79, y hemos sido testigos de la obra de Dios en estas naciones.
Zacatecoluca queda cerca del mar. Los atardeceres son impresionantes, el cielo se tiñe de anaranjado y cada día es diferente. Fue mi primera área como compañero mayor. No solo salí del buen clima que había disfrutado, sino que también ahora era el responsable de la obra misional en Zacatecoluca, una ciudad parecida a Cuatepeque, Quezaltenango, Guatemala. Para mí el cambio fue drástico. Además de lo anterior, la rama ya tenía bastante tiempo, era más organizada y se estaba preparando para ser barrio.
La experiencia que voy a relatarles de este pueblo es muy sencilla. Cuando yo llegue, mi compañero me puso al día de las cosas que estaban sucediendo ahí. Entre los asuntos pendientes había una solicitud de los misioneros de la Unión de una partida de nacimiento. El sentimiento de hacer algo por aquella solicitud no me dejo tranquilo, hasta que la hicimos.
No sabíamos que tan complicado iba ha estar el asunto. Empezamos indagando como llegar a este lugar donde deberíamos de presentar la solicitud. Después de viajar por varias horas por camino de terracería llegamos al lugar. El ayudante del autobús nos dijo que si íbamos a regresar que el bus donde llegábamos era el único que regresaría dos horas después. Sin tiempo para hacer otra cosa nos dirigimos a la Municipalidad, buscamos al alcalde e hicimos una presentación oficial de la Iglesia y le regalamos un Libro de Mormón.
El nos ayudo a acelerar la certificación de la partida de nacimiento. También visitamos la biblioteca y dejamos algunas copias del Libro de Mormón.
Al regresar, por lo difícil que había sido obtener aquella partida de nacimiento pensaba dentro de mí. "Ojala que esto haya valido la pena. Que la persona por la que estamos haciendo esto, tengo las mejores intensiones con el Señor."
Enviamos la partida a nuestros solicitantes, el hecho de hacer algo por alguien y tomar tiempo de nuestra área por lo menos a mi me dejo el día vacio en mi trabajo y en mis responsabilidades.
Un año más tarde, recibí mi última asignación como líder de distrito en la Unión. Mi área mas difícil, mucho calor, colindaba con el mar, había mucha prostitución y otros problemas sociales derivados de la actividad del puerto.
Había de 30 a 50 miembros. Tenían su presidente de rama, un perfecto aborigen del lugar, como los que describe el Libro de Mormón, alto y de complexión corpulenta, pero muy sencillo, humilde y pobre. Trabajaba en el muelle, y además era curandero, me conto que había aprendido a leer por sí mismo. Por mucho tiempo pensé que podría ser brujo. Pero se hizo curandero por el amor a la gente. Muchos decían que era el médico del pueblo, lo buscaban los visitadores médicos y de esta manera aprendió su oficio. La gente le confiaba y le quería.
Pasaron varias semanas en aquel lugar, y el nombre de este hermano se me hacia familiar cada día mas. Al fin tuve la impresión que era aquel nombre que la partida tanto nos costó encontrar. Busque mi diario y el nombre coincidió. Era el.
Por algún tiempo, pensé que aquel día había sido un día perdido. Ahora este hombre era el hombre era la fuente de consuelo, amor e inspiración para todos los conversos de aquel lugar.