Image 01
Escuela Nacional Central de Ciencias Comerciales

Este 18 de diciembre, mis ex compañeros se juntaran.  Somos de la promoción 1973-1975 de la sección “A”.   Y estos son algunos pensamientos de mi estancia ahí.

Vida deportiva

Escrito & Ilustrado por Billy A. Rodríguez | Fecha:Febrero 2015|
Como fuimos
Asi estamos
Chicago

 

Chicago

 

 

 

 Las Kermeses

Image 01Al llegar del interior del país a la capital, no estaba familiarizado con las actividades juveniles que acompañaban la educación.

Me fascino tener un equipo de la escuela que nos representaba en básquetbol. 

Lamentablemente para mí fue muy tarde intentar integrarme al equipo mayor, pero todavía pude jugar con el segundo equipo en el gimnasio y en actividades como las kermeses.

Las kermeses eran alegres, porque las hacían en establecimientos públicos y privados, y ahí estábamos presentes.  El Central por ejemplo siempre llevaba su equipo principal para jugar, así que jugué contra ellos en estas actividades como contra los otros planteles de renombre como Don Bosco, el Liceo, la Normal, Educación Física.

Recuerdo una en especial que jugamos en el Central amenizada por el Siglo XX.  Era común que muchos jugadores nos pusiéramos a platicar con jugadoras de otros planteles.  En esta oportunidad me puse a bailar con una chica del belén.  Me impresiono su estatura, y su porte, además de sus facciones y sus ojos celestes profundos.  Qué lindo seria ser más alto me dije.  Dichosos mis compañeros que tienen un mejor porte.

Las actividades cotidianas hicieron que me olvidara de aquella chica.  Pero me la volví a encontrar de nuevo con ella en otras actividades similares y volvimos a bailar.  Las coincidencias de la vida, que una vez la vi en el mismo bus cuando encaminaba a mi novia para su casa.

Si hubo coquetería, ahora todo termino, pensé, porque me vio acompañado.  Pero las coincidencias continuaron, supe donde vivía y la primera vez me quede platicando con ella fue atreves de la baranda de su jardín.  A los días, ya conversábamos en el patio de su casa. (poquito por poquito)

El primer beso robado

Llego en uno de esos bonitos dias, cuando habia luna llena y me dijo.. "has contemplado la luna hoy". Jamás olvidare ver una luna tan bella, mientras tambien pude sentir sus labios..

Como las cosas bonitas, no duran para siempre, aunque dejen su recuerdo imperecedero, mi novia se dio cuenta, y me mando lejos.  Juntamente con ella deje ese rincón lindo de la capital.

El tiempo paso, hubo uno que otro romance por mi casa, me gradué de comercio y empecé una vida completamente distinta asistiendo a la facultad de ingeniería de la San Carlos.

Además tenía planes de servir por dos años y empecé a enfocarme en mi futuro inmediato. 

Cuando mi novia se entero que abandonaría el país, salimos de nuevo. Fuimos novios esos meses antes de mi partida. Y la rutina regreso, teniendo la oportunidad de volver a saludar a Victoria. (Así se llamaba la chica del belén.)

Victoria tenia algunos bonitos detalles. Entre ellos es que coleccionaba marcas como la de "Levis", "Lee" de mi ropa, y me prometio guardarlas hasta que regresara.


La Misión

Como a los tres meses, opte por desistir de escribir a las chicas. Queria dedicarme en alma, mente y cuerpo a lo que estaba haciendo.  Así que por dos años no supe de chavas.

Mi regreso

A los dos años de no estar en el país, y de no saber mucho de las chicas, empecé de nuevo con los desafíos de la vida.

Victoria siempre pertenecía a esas bonitas sorpresas que nos da la vida. En la segunda semana me la encontré en un bus.  Nos pusimos tan alegres de volvernos a encontrar, intercambiamos teléfonos y le prometí llamarla para salir el próximo fin de semana.  Cosa que nunca hice.

También salí con mi ex novia un par de veces, pero yo había cambiado mucho y el futuro de mi vida tenia otros matices y otros colores.

Novia religiosa

Concluí que para casarme lo más conveniente sería con alguien de mi misma religión. Así sucedió, me case a los ocho meses de conocerla, con la que tuve mis cinco hijos.  Una decisión de la que nunca me arrepenti.

Y el epilogo de todo esto, es porque con Victoria continuaron las casualidades.  La siguiente vez que me la encontré yo estaba recién casado. Y no tuve el valor de decírselo.  Me tomo de mis manos y yo le seguí el juego prometiéndole que la llamaría.  (Otra vez nunca lo hice)

La próxima casualidad fue la más difícil.  Ya había nacido mi primer hijo, y con mi esposa íbamos jugando con el bebe de avión.  Así entramos a un edificio de la Iglesia donde nos habían invitado para una ceremonia.

Cuál no sería mi sorpresa, que en la banca de la entrada estaba Victoria.  Jamás me paso por la menten encontrármela ahí.  Se había convertido a mi religión, y era el edifico donde ella asistía.

Por lo menos yo entre en shock.  He de haber cambiado de colores, y todo empezó a suceder en cámara lenta.  Ella también se sintió incomoda y la única que no comprendía que estaba pasando era mi esposa.

El asunto me ha perseguido toda mi vida, porque mi única hija se llama Victoria.  Pero no tiene nada que ver con ella.  Siempre le prometí a mi abuelita que si llegaba a tener una hija, esta se llamaría como ella, pero muchos aun hasta el dia de hoy lo cuestionan..