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Chicago

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Hace tiempo, me pidieron que recordara a algunas mujeres ademas de mi madre, que me ayudaron en mi juventud.

Freddy Quiñones

La mama de uno de mis mejores amigos

Uno de mis mejores amigos en la escuela de Comercio, fue Ervin Alfredo Quiñones Cruz.

Mi madre siempre estuvo en casa, por lo que la mama de Freddy era todo lo contrario, y me llamaba mucho la atención.

Tenía un puesto en el mercado central. Vendía artesanías típicas, y sus hermanos también hacían lo mismo.

Yo le daba carreta a Freddy para ir a visitarla, bien fuera para refaccionar en el mercado, o para ajustar alguna de nuestras andalucías.

Era tan cariñosa con su hijo, y claro que yo tenía que hacerle gundas a Fredy para confirmar las peticiones para obtener los recursos.

 Pero ya enfrente de ellos, especialmente de ella, me daba un cacho de vergüenza, porque casi los visitábamos a diario.

Hay muchacho!! decía la mama todos los días cuando nos veía, mientras que me dirigía una mirada suave y tranquila. 

Yo decía dentro de mí. ¿Porque lo tratara tan bien?  . ¿Será que no lo conoce, ni me conoce a mí?   ¿Y lo travieso que somos?

Que agradecido estoy de haber conocido a Freddy.  Y su abnegada madre que constantemente fue una fuente de cariño y empatía para mi en aquellos tiempos.

Señorita Grace

Mi Maestra Auxiliar

Antes eran un tanto difíciles las inscripciones en las escuelas públicas de mi país. Había que hacer muchas colas, algunas  personas empezaban un día antes, para asegurar  inscribir a sus hijos en los establecimientos.

 Pues en tales casos, yo corría riesgo de no poderme inscribir, porque no estaba enterado de que así era, y llegue tarde para las mentadas inscripciones.

Pero en la mesa de inscripciones vi a mi maestra auxiliar, y le pedí al conserje que si me permitía hablar con ella. Con mucho cariño, le pregunte si podía ser mi mama ese año. Me imagino que ella asumió que yo era huérfano, y le pregunte si me podría  ayudarme  para mi inscripción.  “Claro me dijo, ahorita te inscribimos, y así lo hicimos, y el siguiente año también”.

Ella fue nuestra madrina en el último año,  y siempre la invitamos para nuestras fiestas, Yo la quería mucho. Siempre la buscaba para saludarla, y ella siempre correspondió mis saludos con mucho cariño y ternura.

Muchas veces olvidaba el compromiso que tenia con ella.   Una vez me sacaron de una clase, por fastidioso.  Desde esa ves, mis compañeros me  llamaron “insolente”, por mucho tiempo, por las palabras de mi maestra cuando me castigo.

En otra oportunidad andaba con un suéter de Coca Cola, pero en lugar de eso con algunas letras cambiadas decía otra cosa.   Y recibí el regaño fuerte de uno de los maestros.

Y siendo que tenía que permanecer en los corredores, la Señorita Grace se daba cuenta, y se enteraba de mis maldades, y con mucho cariño me recordaba que ella había firmado por mi y que era mi responsabilidad portarme bien..

No sé si la Señorita Grace, aun vive, pero generalmente la recuerdo en el día de las madres, con inmenso cariño por su gran corazón..